Criptomonedas y la tecnología blockchain

En el artículo de hoy veremos qué son las criptomonedas y la Blockchain. ¿Con qué propósito? Para poder invertir y negociar con ellas del mejor modo posible. Al final del texto daremos algunas claves para ello.

Las criptomonedas son activos financieros que pueden ser objeto de inversión. No obstante, es necesario tener algunos conocimientos sobre sus características y cuáles son los mejores productos financieros para llevar a cabo esta negociación. A qué riesgos nos enfrentaremos y cómo podemos minimizarlos.

Comenzaremos definiendo qué son las criptomonedas, cómo llegaron a este mundo y cuáles son las características que debemos valorar. También explicaremos la tecnología en la que se basan, la Blockchain.

Para concluir, hablaremos de las formas de adquirir criptomonedas y cómo podemos invertir en ellas del mejor modo posible.

 

¿Cómo nació el Bitcoin?

Año 2008… Crisis mundial. El sistema financiero se tambalea. Las entidades bancarias, hasta arriba de activos inmobiliarios en sus balances y con un gran porcentaje de impagados, se dan cuenta que no tienen solvencia para hacer frente a sus obligaciones.

Cae Lehman Brothers y se desata el pánico. Nadie confía en nadie. Todo parece que se hunde. La Reserva Federal de Estados Unidos se ve obligada a tomar cartas en el asunto e inyectar dinero a la economía, como si se tratase de ponerle un suero fisiológico a un enfermo hospitalizado. El sistema monetario se resiente como consecuencia.

Ante este panorama, se comienza a tomar en consideración una serie de ideas que desde los años 80 rondaban por los despachos de algunos estudiosos: Un sistema de pagos paralelo.

Así fue como en 2009 Bitcoin vio la luz, para intentar ofrecer una solución concreta: Crear una moneda que no dependa de ninguna autoridad monetaria, ningún gobierno y de este modo poder procesar pagos sin la intervención de ningún intermediario financiero.

El dinero no es más que confianza, y en ese momento la confianza en el sistema pendía de un hilo. Tan sólo había un activo que tiene una revalorización importante ante las crisis y momentos de incertidumbre: El oro. El oro actúa de refugio ante la desconfianza. ¿Por qué no crear una especie de oro digital? ¿Un activo que tenga unas características similares y que sirva como medio de pago?

El oro está a caballo entre una divisa y una materia prima. Está considerado un medio de pago, pero su característica es que, al ser un activo real, no le afecta la inflación. Del mismo modo que no está bajo las directrices de un banco central en concreto.

De este modo, el objetivo de Satoshi Nakamoto, nombre por el que se conoce al creador de Bitcoin (se especula sobre si este nombre pertenece a un grupo de personas o simplemente es un pseudónimo), era precisamente crear un activo monetario con unas características parecidas. A su vez, revolucionar los medios de pago tradicionales.

La tecnología está ahí, gracias a la Blockchain es posible realizar transacciones con Bitcoin. Un mecanismo encriptado que garantice la rapidez, la seguridad y la eliminación de costes. Sin fronteras ni intermediarios.

Una cosa estaba clara, sólo habrá un máximo de 21 millones de Bitcoins. Con esta oferta monetaria limitada y concreta se le otorga valor a esta criptomoneda. Es un activo limitado, y a todo lo que es limitado y escaso se le asigna valor. Tal como sucede con el oro.

Así pues, Bitcoin se convierte en la primera de las criptomonedas. Ha nacido un nuevo modo de realizar transacciones que pone en jaque al sistema monetario tradicional. ¿Serán las criptomonedas el principal medio de pagos del futuro?

¿Qué son las criptomonedas?

Las criptomonedas son divisas virtuales, inmateriales. Se trata sólo de una serie de apuntes contables. Pueden ser intercambiadas por bienes y servicios. Son dinero, un medio de cambio y representan un valor.

La característica que diferencia a las criptomonedas de las divisas tradicionales es que no se encuentran bajo la supervisión de un banco central que controle su oferta a través de políticas monetarias. Por lo tanto, el comportamiento de una economía en particular no les afecta, son un activo global. Inmune a la inflación.

Si cambian los tipos de interés de una determinada divisa o aumentan las reservas monetarias, puede tener una serie de efectos secundarios en las criptomonedas, pero siempre de modo indirecto (porque afectaría al mercado de divisas en general).

De este modo, el valor que tienen las criptomonedas no es más que el que los usuarios, con su oferta y demanda, está dispuestos a otorgarle. La oferta total, la masa monetaria, suele estar limitada para darle más valor.

Si un usuario decide realizar una transacción comercial y utilizar las criptomonedas como medio de pago, tan sólo necesitará que la contraparte acepte recibir el pago de esta forma.

La transacción se realizará a través de la tecnología Blockchain, modificando el mencionado libro de contabilidad para que en la cuenta de cada cual aparezca el saldo actualizado. Sin necesidad de dar ningún tipo de datos y sin la intervención de nadie más que ambos sujetos intervinientes. Eliminando de esta manera los costes de intermediación.

Cada criptomoneda tiene unas características diferentes y se transfieren por una Blockchain diferente. Sin embargo, esta tecnología está presente en cada una de ellas.

Algunas de las principales criptomonedas son las siguientes:

Bitcoin

Tal y como hemos visto, fue la primera de las criptomonedas en aparecer, la punta de lanza. En la actualidad es la principal, medida por la capitalización de mercado (cambio de la criptomoneda frente al dólar multiplicado por todas las que existen en circulación).

Han aparecido cientos, incluso miles, de nuevas criptomonedas con alguna característica diferenciadora que aporta ventajas sobre Bitcoin. Sin embargo, ninguna ha logrado desbancar a la “criptomoneda máter” del primer puesto.

Bitcoin es la moneda virtual reina, marcando el ritmo y la tendencia del mercado. En la fecha en que suscriben estas líneas su capitalización de mercado es un 218,90% superior a la que ocupa el segundo puesto (Ethereum).

No significa que Bitcoin no tenga alguna carencia en su estructura que el resto de criptomonedas traten de subsanar. Por poner un ejemplo, la velocidad en las transacciones.

La cadena de bloques (Blockchain) que da soporte a Bitcoin se saturó en una época de multitud de transacciones, haciendo que el proceso de intercambio de Bitcoins tardase horas e incluso días en completarse. Por otra parte, se incrementaron las comisiones (las transacciones con una tarifa más alta tenían prioridad).

Esto produjo una gran oportunidad para lanzar al mercado otro tipo de criptomonedas más ligeras. La ligereza de una criptomoneda se mide según su capacidad de almacenamiento en los bloques y por lo tanto menor probabilidad de congestión en la red (Blockchain).

Bitcoin Cash

Conforme se ha comentando en el párrafo anterior, surgió la necesidad de utilizar criptomonedas más ligeras.

En este sentido en agosto de 2017 salió a la luz Bitcoin Cash, una versión alternativa a Bitcoin. surgida de una bifurcación de su misma estructura.

La característica principal de Bitcoin Cash es que utiliza un tamaño de bloque de 8 MB. Mucho mayor que su criptomoneda de origen. Por lo tanto, capaz de realizar transacciones más rápidas.

Cuanto más ligera es una criptomoneda menores comisiones es susceptible de tener. Si la Blockchain se satura como consecuencia de una gran multitud de operaciones, las comisiones aumentan.

A pesar de compartir el mismo origen, Bitcoin y Bitcoin Cash utilizan una Blockchain diferente. La desventaja por utilizar bloques más grandes sería que este hecho afecta a la seguridad de las criptomonedas.

En la actualidad, Bitcoin Cash es la cuarta criptomoneda del mercado, medida según la capitalización bursátil.

Ethereum

Creada por un programador ruso llamado Vitalik Bulerin, Ethereum sí que es una divisa con un elemento adicional a Bitcoin. No se trata únicamente de una mejora estructural.

En realidad, Ethereum es el nombre de la plataforma que da soporte a la red. El activo, la criptomoneda que se intercambia en esa red se denomina “Ether”. Sin embargo, suele conocerse como “Ethereum” tanto la divisa como la red.

Dejando a un lado los aspectos nominales (que es lo menos relevante), lo cierto es que Ethereum se mantiene como segunda criptomoneda en el ranking de capitalización de mercado (aunque muy por debajo de la reina, Bitcoin).

Las diferencias técnicas vienen dadas por el hecho de que Ethereum permite realizar “contratos inteligentes”; una forma de liberalizar la transacción si se cumple alguna condición, garantizando de este modo que cada una de las partes cumplan con sus obligaciones contractuales.

El pago queda hecho, la contraparte puede estar segura que recibirá el cobro. Sin embargo, no se liberalizará hasta que un software no verifique que se ha cumplido con lo estipulado. En el momento que quede acreditado que la condición se ha cumplido, de forma automática el pago queda libre.

De esta forma ambas partes pueden llevar a cabo una transacción comercial sin la absoluta intervención de un tercero. Ya no tan sólo nos referimos a una entidad de pagos, sino a cualquier persona que pueda dar fe de que las condiciones pactadas se han cumplido.

Ethereum puede diseñar este tipo de contratos y esto le otorga una ventaja, se trata de… por llamarlo de alguna forma: una nueva generación de criptomonedas. “Criptomonedas 2.0”.

Litecoin

Aunque en los momentos actuales Litecoin figure como la sexta criptomoneda por capitalización de mercado, en realidad fue la segunda en aparecer en escena.

Corría el año 2011 cuando Charlie Lee decidió que haría un nuevo activo virtual de este tipo, no como competencia, sino como una alternativa a Bitcoin. Desde la creación de esta criptomoneda estaba decidido que iba a tener unas características estructurales diferentes.

Si Bitcoin es comparable con el oro, por los motivos de ser limitado, no estar sujeto a regulación monetaria, ser inmune a la inflación, etc.; Litecoin nació para ser la “plata” en el mercado de criptomonedas.

En principio, la cantidad de Bitcoins que saldrán al mercado será de 21 millones; cuando se alcance esta cifra monetaria, no se podrán extraer más. Por su parte, Litecoin decidió que la oferta monetaria total iba a ser mayor, en una ratio de 1:4. Van a salir al mercado un total de 84 millones de esta criptomoneda.

Esto significa que Litecoin no es tan valioso como Bitcoin, por no ser un activo tan escaso.

La segunda diferencia es precisamente la que hemos comentado con respecto a Bitcoin y Bitcoin Cash, referente a su ligereza. De tal forma que Litecoin vino a este mundo para ser una moneda más rápida, pero a su vez menos segura. ¿Se sigue observando la perfecta analogía con el oro y la plata? (ligereza, abundancia, etc.)

La tercera es que para extraer Bitcoins mediante el proceso de minería (en breve explicaremos en qué consiste) es necesaria una gran potencia informática; no siendo así con Litecoin. Con una simple CPU es posible acceder a la minería de Litecoin.

Como último punto diferenciador, debemos hacer mención a la liquidez. Bitcoin puede intercambiarse por divisas tradicionales, mientras que Litecoin no goza de estas condiciones. Para poder negociar Litecoin es difícil que se acepte dinero fiduciario (tradicional) se suele intercambiar por Bitcoin. Convirtiéndolo de este modo en un activo menos líquido.

Otras criptomonedas

Existen infinidad de criptomonedas, no es posible en este texto hacer mención a todas. No obstante, las explicaciones dadas esperamos que valgan para tener claro un aspecto importante de esta exposición: Las características que pueden ser diferenciadoras entre unas y otras.

Por lo tanto, para valorar una criptomoneda, el usuario debe atender a estos factores:

• Seguridad
• Rapidez en las transacciones
• Capacidad de extracción mediante minería
• Liquidez
• Posibilidad de realizar contratos inteligentes
• Comisiones aplicadas por la transacción

A continuación, dejamos una tabla en la que se exponen, a día de la fecha, las principales criptomonedas según el ranking por capitalización de mercado.

¿Qué es la Blockchain?

Se ha estado haciendo mención a la Blockchain como la tecnología que le da soporte a las criptomonedas. Pero ¿qué es exactamente la Blockchain? Vamos a tratar el asunto de cómo se llevan a cabo las transacciones de criptomonedas.

La traducción que se le da a este término es “cadena de bloques” y no es ni más ni menos que una base de datos compartida. Una gran base de datos que no se encuentra en manos de un único usuario; de modo que ninguno de ellos puede alterarla sin el consentimiento de los demás. No es posible modificarla unilateralmente.

La base de datos se trata tan sólo del libro de contabilidad al que hacíamos referencia anteriormente. En este libro se anotan las transacciones que se llevan a cabo con criptomonedas.

Cuando se realiza un intercambio, los demás usuarios por consenso apuntan en este libro la cantidad que sale de una cuenta y va a parar a otra, de modo que se ajusta el saldo de criptomonedas de cada interviniente en la transacción. El libro es inalterable. No se puede modificar si no es para realizar una transacción legítima.

Cada uno de los nodos de la red (un nodo es cada uno de los puntos, cada terminal informático conectado a la Blockchain) está en igualdad de condiciones, es un participante más; no existe un nodo principal ni ningún ordenador central. Es una red completamente descentralizada en la que ninguno de los usuarios (nodos) tiene control sobre el proceso.

Si todos los nodos tienen la misma información, se considera que una transacción es legítima; por lo tanto, se da consentimiento y se lleva a cabo. De este modo, se altera el libro de contabilidad y se produce el intercambio de criptomonedas.

La Blockchain transmite una serie de mensajes encriptados (sin que su contenido sea revelado), los cuales representan una criptomoneda; además de información acerca de un bien o un servicio que sirva de contraprestación en el intercambio. Estos mensajes se denominan “tokens”.

Los tokens se agrupan en bloques, y cada bloque está enlazado con el anterior (formando una cadena). Si una transacción no cabe en un bloque, habrá que esperar a que se genere el siguiente. Cada cierto tiempo van surgiendo nuevos bloques.

Por este motivo hacíamos referencia a la capacidad de almacenamiento de los bloques cuando hablábamos de la ligereza de una criptomoneda.

De esta forma se pueden realizar transacciones seguras y sin necesidad de intermediarios. Son los propios usuarios en conjunto los que actúan de árbitros en igualdad de condiciones.

Si Pérez quiere enviar un Bitcoin a Martínez, el sistema no identifica a ninguno de los dos, tan sólo se sabe que de la cuenta “X” hay intención de enviar un Bitcoin a la cuenta “Y”.

Tras comprobar que efectivamente hay saldo en la cuenta “X”, los nodos dan el visto bueno por consenso y se genera un token que se almacena en un bloque. Este es el primer paso.

El bloque todavía debe ser validado y registrado en el libro de contabilidad para que la transacción se complete.

¿Cómo se consiguen las criptomonedas?

Existen varios modos de conseguir criptomonedas:

• Extrayéndolas desde su origen
• Comprándolas en el mercado
• Aceptándolas como pago por ofrecer algún producto o servicio
• Acudiendo a una ICO

Vamos a analizar todas ellas con más detalle.

La minería de criptomonedas

Según estábamos comentando en el punto anterior, los bloques deben ser creados, validados y sellados. ¿Quién realiza esto? Los usuarios conectados (nodos).

Pero ¿qué obtienen a cambio? La respuesta es sencilla: obtienen criptomonedas como premio o como contraprestación por su servicio. En esto consiste la minería de criptomonedas.

Como los bloques se van generando cada cierto tiempo, el primer usuario que logre sellar y validar un bloque obtiene a cambio una determinada cantidad de criptomonedas. De esta forma, las criptomonedas se crean a un ritmo concreto.

Se trata de un proceso competitivo, en el que es necesario resolver complejos algoritmos matemáticos y que en la mayoría de los casos exigen una gran cantidad de potencia informática.

Existen auténticos profesionales de la minería de criptomonedas. También compiten los llamados “pools” o agrupaciones de ordenadores que se conectan a la red, compartiendo la potencia de sus equipos a modo de cooperativas, con el único propósito de ser competitivos a la hora de minar las criptomonedas.

Así es cómo se crean las nuevas criptomonedas: Se descubren, o, dicho de otro modo, se minan. Dependiendo del tipo de criptomoneda que se trate, el proceso será más o menos complejo, exigente y competitivo (como, por ejemplo, lo visto para Litecoin).

Compra y almacenamiento

Si no es posible acceder a la obtención de criptomonedas desde su origen, no queda más alternativa que comprarlas en el mercado, al tipo de cambio con respecto a cualquiera de las divisas tradicionales. Los tipos de cambio dependen exclusivamente de la oferta y la demanda en el mercado.

Para poder realizar esta operación, el usuario debe tener una cuenta abierta en un “wallet” o monedero electrónico que le permita la compra y almacenamiento de la moneda digital que pretenda adquirir.

 

Estas plataformas funcionan de un modo parecido a una cuenta bancaria digital. Ofreciendo servicios de compra, venta o intercambio entre diversos tipos de criptomonedas. También ofrecen el servicio de cobros y pagos con estos activos.

La otra alternativa que quedaría para conseguir criptomonedas es ofrecer algún bien o servicio y admitir el cobro mediante este sistema. Para ello también deberás tener una cuenta en un wallet.

En realidad, existe otra vía, se trata de acudir a una oferta inicial de lanzamiento que hacen las plataformas de criptomonedas para financiar sus proyectos empresariales: Las ICOs.

¿Qué es una ICO?

Al igual que cuando una empresa necesita capital y lanza sus acciones a una bolsa de valores mediante una “Oferta Pública de Venta” (OPV), se ha creado un mecanismo para financiar proyectos de creación de criptomonedas a través de Internet, a modo de “crowfunding”. Son las denominadas ICO (Initial Coin Offering).

Traducido al castellano sería una Oferta Inicial de Monedas y se trata de lanzar criptomonedas a cambio de dinero fiduciario. No tienen que ser tan sólo criptomonedas, pueden ser tokens que reconozcan algún derecho en el proyecto empresarial (como futuros beneficios).

Suelen ser utilizadas cuando una plataforma que da soporte a la criptomoneda se está desarrollando, para cubrir los gastos operativos. Además, sirve para posicionarla en el mercado. Ethereum consiguió realizar con éxito una operación de este estilo durante su etapa inicial y muchas criptomonedas la han seguido.

El problema de las ICOs es que existen muchas criptomonedas que no han conseguido ser relevantes, no presentan ninguna novedad. Salen a la venta con una oferta inicial (ICO) para poder desarrollarse y, tras un tiempo, no tienen apenas valor en el mercado. Haciendo perder dinero a los inversores.

Por este motivo, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores realizaron un comunicado conjunto advirtieron de sus riesgos. Son emisiones que no están reguladas, el inversor no goza de las garantías previstas en la normativa y por ello aumenta su vulnerabilidad. Aumentándose el riesgo de pérdida o fraude.

Sin embargo, existen criptomonedas que tuvieron una oportunidad gracias a este mecanismo de captar fondos, cuando en realidad sería impensable haberlo logrado de otro modo.

Baste volver a mencionar el proyecto de Ethereum, moneda con posibilidad de realizar contratos inteligentes y que está posicionada como la número dos en el ranking por capitalización de mercado.

Negociar e invertir en criptomonedas

Para negociar con criptomonedas debemos atender al, ya expuesto, mercado; en el cual se adquieren para almacenarlas en un wallet a cambio de dinero fiduciario.

Debemos resaltar que se trata de un mercado descentralizado, similar al mercado de divisas tradicionales (aunque más oscuro). Esto conlleva que no existe un único mercado, y que por tanto no está regulado por una cámara de compensación (mercado OTC).

Este hecho también produce que este mercado esté operativo las 24 horas del día y los 7 días de la semana (el mercado de divisas Forex cierra los fines de semana).

Es posible negociar e invertir en este mercado; por supuesto, se admite el trading a corto plazo. Pero debemos tener presente una serie de consideraciones.

El negocio de trading con criptomonedas generalmente se realiza a través de instrumentos derivados, tales como los CFDs. Sin tener la necesidad de obtener la moneda físicamente y, por tanto, evitando el mercado real, carente de regulación.

La compra y mantenimiento de criptomonedas al contado también supone una inversión en sí misma. Sin embargo, se trata de un mercado opaco, en el cual no existe ninguna regulación específica para proteger al inversor (aunque es perfectamente legal).

También se evita de este modo tener que abrir una cuenta en un wallet y riesgo de entrada y robo en la cuenta por parte de piratas informáticos.

Por ejemplo, Bitcoin ya cuenta con un futuro financiero en el Chicago Mercantile Exchange. En este caso sí que se trata de un mercado centralizado con una cámara de compensación y con mayores garantías para el inversor.

Cotización Futuros Financieros sobre Bitcoin

(Fuente: ProRealTime.com)

En el caso de los CFDs, el mercado sigue siendo OTC; no obstante, los intermediarios financieros que ofrecen estos productos tienen que cumplir con la normativa que impone la legislación financiera y que trata de proteger al inversor. Esto tienen una garantía directa sobre la seguridad de los fondos de los inversores.

Al trabajar con productos derivados, el inversor puede tener unas ciertas ventajas siempre que escoja a un bróker debidamente supervisado por el organismo regulador en el cual tenga su sede.

Para poder hacer trading con criptomonedas tan sólo debe ser ofrecida esta posibilidad por parte de nuestro bróker. Tener admitidos estos activos, para operarlos con la cuenta que tenemos abierta.

En caso de no ser así, abrir una cuenta con un intermediario financiero que ofrezca CFDs sobre estos activos no lleva más de 5 minutos.

Las características del mercado de criptomonedas (liquidez, volatilidad, etc.) hacen que sean unos productos idóneos para hacer trading a corto plazo, gestionando bien los riesgos de pérdidas con órdenes “stop loss”.

Existen diversas estrategias de trading con estos activos. Estrategias que pueden ser aprendidas y aplicadas.

Es posible realizar una gran cantidad de estrategias de trading con criptomonedas

Para concluir, debemos mencionar que existe otro producto de inversión, esta vez a más largo plazo. En la actualidad han salido a la palestra una serie de fondos de inversión que componen una cartera diversificada con este tipo de activos. Si el fondo se encuentra legalmente constituido, el inversor puede suplir la carencia de regulación que tiene el mercado de criptomonedas al contado y las ICOs.

Sin embargo, todas las criptomonedas del mercado tienen una alta correlación y en este caso la diversificación queda sin efectos. Es un producto más enfocado a la inversión que a la negociación (trading).

En definitiva, es posible invertir y negociar con criptomonedas sin necesidad de comprarlas físicamente a través de la Blockchain. Evitando los riesgos de este mercado y pudiendo desarrollar un tipo de estrategias de trading más versátiles.